jueves, 10 de mayo de 2012

Sistema evaluador del Tío Perfecto

El Tío Perfecto debía poseer, naturalmente, los cinco rasgos principales: inteligencia, sentido del humor, cuerpo decente, cara bonita y un trabajo que cayera en la generosa categoría de <<normal>>. Como era prácticamente imposible encontrar al Tío Perfecto, se podían ganar puntos con los cinco rasgos secundarios, a saber, ausencia de ex novias psicópatas, de padres psicópatas y de compañeros de piso violadores, y presencia de un interés o afición, con excepción de los estudios, que no guardara relación con los deportes ni la pornografía.

El diablo viste de Prada de Lauren Weisberger

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