martes, 26 de junio de 2012

CUMBRES BORRASCOSAS



 Puntuación: ☆☆☆☆☆



Ésta es una novela que destaca por su intensidad. Su título, “Cumbres Borrascosas” revela algo más que el escenario inhospitalario de unos yermos páramos azotados por el caprichoso temporal indómito. Pues previene también de la variabilidad y arrastre de los fuertes sentimientos de los personajes que construyen la historia.

Pese a los numerosos personajes que participan en la obra, el indiscutible protagonista es Heathcliff. La narración tiene como núcleo sus propias emociones y el efecto que los sentimientos y actos de los demás tienen en él, así como la manera en que él encaja todos los golpes, que no son pocos.

Heathcliff nace de la nada; su procedencia es un misterio sin resolver en toda la novela. Lo más triste de todo es que no sé de qué clase de Infierno vendría, pero desde luego que las circunstancias que lo acompañan durante toda su vida lo obligan a abandonar la esperanza de alejarse de él para siempre.

La historia comienza retratándonos una familia feliz instalada cómodamente en el condado de Yorkshire, sujeta a una sociedad rural donde la distancia que marca la salvaje naturaleza y los infatigables vientos y tormentas que agitan el lugar recluye a sus habitantes, aislándolos en su parcela de tierra y limitando las relaciones sociales a la propia familia. En esa situación el padre de familia deja unos días el hogar para acudir a Liverpool por necesidad, pero regresará trayendo consigo a Heathcliff, un pobre huérfano que la caridad del señor lo obliga a  rescatar de las calles. Desde ese momento las vidas tranquilas de los Earnshaw sufren un bruco cambio del que jamás se recuperarán. Heathcliff entra en sus vidas con violencia, no porque sea un niño problemático, sino porque a la familia le cuesta aceptar su incorporación a su celoso seno, y de hecho jamás alcanza a pertenecer del todo a ellos. El señor Earnshaw, su salvador, le prodiga atenciones y privilegios destacados, y da la impresión de haber acogido a Heathcliff como su hijo preferido, suscitando así el desprecio y el odio de su hijo legítimo Hindley hacia el huérfano. Catalina, la pequeña integrante de los Earnshaw sin embargo pronto aparca sus recelos y siendo niña como es, enseguida ve en él a un potencial compañero de juegos. No tardan los dos en hacerse inseparables y en disfrutar de su compañía de un modo íntimo e intenso, convirtiéndose en inseparables y acostumbrándose tanto a su mutuo trato que ya nunca podrán desprenderse de la influencia que el otro tiene en su felicidad. Sin embargo Heathcliff jamás se desprende del odio de Hindley, que siempre está ahí, acechándolo con la idea de maltratarlo todo lo que le es posible con el único obstáculo del sólido cariño que su padre le tiene. Sin embargo el viejo Earnshaw no tarda mucho en abandonar al joven Heathcliff a su suerte tras rendirse al reclamo de la muerte, y Hindley se ve totalmente en libertad de golpear el cuerpo de Heathcliff, de atormentar su espíritu y minar su autoestima, relegándolo a una posición social inferior a la de esclavo. Pero Catalina y él encontrarán siempre el modo de estar juntos y de servirse de apoyo a pesar de que Hindley luche por impedírselo.

Sin embargo, Catalina no es ningún ángel. Está joven de belleza extraordinaria es una protagonista bastante despreciable. Es una muchacha egoísta, caprichosa, obstinada, traviesa y algo diabólica, e incluso en algún momento de la historia se ve afectada gravemente por la frivolidad. Se podría decir que lo mejor que hizo en la vida fue haber apoyado a Heathcliff y haberle sido sincera en sus afectos; sin embargo esa buena obra la emplea para causar el máximo sufrimiento al máximo número de personas; ella incluida. Su amor por Heathcliff jamás se extingue, pero sí su valor para encarar las consecuencias nobles que le debe a ese sentimiento. Su engreimiento y su orgullo la perjudicarán gravemente, pero lo peor es que no solo le afecta a ella, sino que se llevará por delante con su egoísmo y su frivolidad a más personas de las que ella podrá lograr imaginar. Y es que sus actos tendrán eco incluso después de ella estar muerta.

Lo más exquisito de la novela diría que son los personajes. Todos son complejos y todos son esclavos de fuertes pasiones que los llevarán a los extremos. Y ninguno de ellos es solo luz o solo oscuridad, todos están dominados por un exquisito contraste que enriquece la trama y la evolución de la historia. Diría que es un buen retrato del ser humano, mostrando abiertamente el Cielo y el Infierno que todos tenemos en nuestro interior. Todos nacemos con ambos lugares ocupando un puesto equilibrado, abarcando un terreno de iguales dimensiones. Pero entonces las vivencias y la forma en que las digerimos hacen que una tierra vaya devorando a la otra, hasta que por fin predomine una entre las dos.

La mayoría de los personajes tienen en su corazón más Infierno que Cielo, y en muchos casos, como el de Heathcliff o Hareton (hijo de Hindley) tienen  justificación para ello. ¿Cómo encontrar ánimos cuando lo único que conoces es el desprecio desde muy niño? ¿Cómo sobrevivir al rechazo tan cruel de la única persona que te ha querido o que debería quererte? ¿Cómo no convertirse la venganza como un motor de vida en tan hostil ambiente?

El amor, el odio, la venganza y el sufrimiento son los ingredientes principales de esta célebre obra. Y por sus componentes adivinaréis que es un melodrama en toda regla. Pero, al menos para mí, es una tragedia apasionante y a pesar de todos los dolores y los desdenes que se respiran en toda la obra, incluso el cuento más oscuro es capaz de tener un final feliz.

Como ya he dicho, el atractivo principal de la novela lo constituye el carácter de los personajes, así que voy a hablaros un poco de los que más me han impactado. A Catalina ya la he descrito, ahora procederé con Heathcliff, el personaje más fascinante y poderoso sin lugar a dudas.

Heathcliff es, al fin y al cabo, un producto de sus experiencias. Desconocemos las circunstancias de su nacimiento, pero atinamos a saber que no fueron propicias a la familiaridad y el calor, ya que fue hallado solo en las calles. Así pues, creo poder afirmar sin temor a equivocarme que Heathcliff no ha conocido nunca bondad ni felicidad. Su única fuente de dicha fue Catalina, su compañera de juegos y más tarde su gran amor. Imaginaréis entonces lo mucho que dependía de ella. Su mundo era reducido y además de ello lúgubre, sometido a las bajezas que le hacía padecer su hermanastro y teniendo que sobrevivir a ello sin poder escapar. Pero es que además tampoco sentía inclinaciones a escapar. Desde niño ese era el único lugar que le habían enseñado, y si no se sentía pertenecer a él, si sentía pertenecer a Catalina. En el mismo Infierno donde padecía condena saboreaba también el cariño que siempre le había faltado. Sin embargo Catalina no sanó su alma, y en cambió la contaminó de más odio y oscuridad con su manera de proceder. Fue a la vez su salvación y su condena irremediable. Así de cruel fue el destino de Heathcliff. Llega un momento en el que Catalina se avergüenza de su incultura, ya que sometido a duros trabajos físicos le habían vedado por completo la educación y nadie se molesto en remediar eso. Por tanto, la mente de Catalina siguió evolucionando, siguió madurando y consolidándose, y de pronto ambos estaban en un nivel tan distinto que se evidenciaba en su trato. No obstante, no por ello dejaron de quererse; sus almas se habían unido ya desde que fueran niños. Aunque la mente de Catalina buscaba estímulos que Heathcliff no podía otorgarle, y fue por ello que los buscó fuera de él y terminó por traicionar a su corazón en pos de su enferma ambición. Pero tal y como he dicho, Catalina y Heathcliff tenían un vínculo poderoso e irrompible, y no fue tan fácil sobrellevar una separación. Imaginaos pues a Heathcliff, menospreciado y traicionado, sin más motivos para vivir que su despecho, su dolor y sus planes de venganza. Imaginaos cuando la esperanza de felicidad se extingue para siempre y lo más próximo al bienestar es el crear los más retorcidos padecimientos a aquellos que te causaron sufrimiento. Cuán importante es la esperanza, creedme. Heathcliff podría haberse salvado de convertirse en un demonio tan ruin e inhumano, -difícilmente, sí, pero era posible- de no ser porque toda luz de esperanza se extinguió. Ya no le quedaba nada por lo que intentar desechar el pasado y convertirse en alguien nuevo. Ya no tenía razones para ese tipo de lucha. Era preso de su pasado y esclavo de un futuro fatídico. Qué compasión y terneza me inspiran Heathcliff. En la obra es el villano por excelencia, pero para mí no es sino una víctima despechada.

Luego está uno de los más acérrimos enemigos de Heathcliff, Eduardo Linton, hacia quien extenderá todo su odio por haberse interpuesto en su historia de amor con Catalina. De nada le servirá el que Catalina quiera a su esposo para frenar su ira contra él. El amor de Heathcliff hacia Catalina es insano, salvaje e invariable, y la única manera que entiende de amarla es la posesión de su cuerpo y alma.

De ese modo, el buen muchacho Eduardo se verá como objetivo principal de un odio que su carácter afable, pacífico y generoso jamás podría haber podido suscitar por sí solo. Y le costará a Eduardo muy cara su enemistad con Heathcliff, ya que él querrá echar mano tanto de sus propiedades materiales y riquezas como de su adorada hija Cati. De ese modo la vida de Eduardo se ensombrecerá para siempre y no podrá ya aspirar a un futuro dichoso y feliz con el amor de su familia.

Linton, el hijo de Heathcliff, es sin duda el personaje que más aborrezco de la obra. Consigue inspirarme hasta asco este muchacho egoísta hasta el punto de apoyar la injusticia y el maltrato hacia otros a fin de evitar que sea él el perjudicado. Es una bestia. Un inhumano. No tiene principios. Para él todo se resume a que lo malo le salpique lo menos posible. No existe el bien o el mal, solo su propio bien, y no le importa cuántos infelices hayan de padecer para ello. No tiene valentía ni buenos sentimientos hacia nadie que no sea él mismo. Es caprichoso, ingrato y superficial, y se cree superior al resto del mundo, burlándose sin compasión de aquello que le prestan ayuda. Es ademán buen chantajista emocional, y bastante convincente, aunque no para mí que no hacía más que desear meterme en el libro para sacudirlo hasta matarlo. No quería yo no arrancarle los ojos y gritarle después que se atreviera a llorar al muy imbécil. Sí, tal grado de desprecio me llegó a suscitar.

Hareton es un personaje que me gusta mucho. Su historia es completamente conmovedora. Nació en circunstancias adversas, sin una madre para cuidarlo y un padre incapacitado para encargarse de él, siempre en brazos de criados que tenían la caridad de atenderlo, ya que nadie se había preocupado por garantizar su supervivencia. Así pues, la educación fue un privilegio inalcanzable para él. Nadie se preocupó de su futuro, su padre el que menos, que además maltrataba al chiquillo sin encontrar nunca una pizca de consideración que darle por simple paternidad. De ese modo Hareton creció primero temiendo a su padre y después odiándolo profundamente. Y encontró en Heathcliff un aliado para vengarse de su padre, ya que éste apaleaba y torturaba a Hindley tanto física como mentalmente. Sin embargo Heathcliff nunca fue bueno con él. Era hijo de su enemigo y eso bastaba para querer arruinarle la vida y desdeñarlo. De hecho, encontró la manera de atormentar al joven dándole el mismo estatus de esclavo que Hindley le diera a él en sus días, convirtiéndolo en una réplica de lo que él fuera de joven: huraño, bruto, arisco y terriblemente inculto. Sin embargo la materia prima de Hareton es muy prometedora: es un chico espabilado y despierto con grandes aptitudes mentales, una salud de hierro, un cuerpo vigoroso y una fortaleza emocional admirable. Por ello no está todo perdido y si alguien sabe cómo lograr que deje conducirse podría llegar a ser un joven excelente y desintoxicarse de todo aquel ambiente de odio y violencia en el que fue engendrado.

Mencionar también a Cati, la hija de Eduardo Linton y Catalina Linton. Es ella una muchacha educada y dulce, crecida en un ambiente cálido y cariñoso que le ha reportado muchas alegrías. Sin embargo su apellido Linton no le permitirá llevar una vida cómoda y tranquila, pues las sombras de “Cumbres Borrascosas” la acechan y no consentirán en dejarla vivir feliz. Sin embargo es una chica fuerte y obstinada. La verdad que en muchas ocasiones me saca de quicio porque su bondadoso corazón la mete en situaciones que poco a poco van atrapándola en la telaraña de planes de venganza. Y no es algo impredecible, la verdad. Tiene avisos que le llegan de boca de los que la quieren y que ella puede atisbar por sus mismos ojos. Sin embargo es cabezona y sensible, y esas cualidades le costarán caro. No hay que dejar de lado tampoco el detalle de su juventud y la vida sobreprotegida que ha llevado y que le hacen tener demasiada buena fe en la bondad de los propósitos ajenos y la convierten en una víctima realmente fácil de manipular.

Por último le dedico unas líneas a Elena Dean, una de las narradoras de la historia junto con el señor Lockwood. Esta obra es peculiar incluso a la hora de designar narrador, ya que estos dos personajes, ajenos completamente a las familias de la historia, son los que se reparten el rol de narrador. Elena es una criada que ha estado presente en la mayor parte de la vida de todos los personajes. Ella misma tenía la edad de Catalina Earnshaw y andaba muy cerca de alcanzar a Heathcliff, y siguió de cerca la relación que comenzara desde su infancia hasta la muerte. Pero Elena no es una simple criada, es para muchos personajes una persona cercana, alguien cuya importancia en sus vidas llega a ser trascendente. Es muchas veces un pilar en el que apoyarse y confidente de secretos y pesares. Es además una mujer observadora, inteligente y voluntariosa, y nos narrará de una manera subjetiva el relato, salpicándolo con sus impresiones y sus opiniones y enriqueciendo el impacto que las narraciones deberían tener en nosotros. Es una mujer leal que ha sido amiga de muchos personajes, comprende a todos y es muy protectora con los más vulnerables, por quienes lucha para defenderlos; pero no serán suficiente su valentía y determinación. Tiene sin embargo muy buenos sentimientos hacia todos, podría decirse, ya que aunque a veces deba contrariarse ante los actos de algunos siempre compadece a todos.

Por último, reiterar lo encandilada que me tiene esta novela. No sabría decir si es una novela de amor, ya que el “amor” está tan contaminado de traiciones y odios y es siempre tan posesivo que parece una palabra demasiado pura y bonita para definir las descarnadas y contaminadas pasiones que narran sus páginas. Digamos pues que es un relato sobre sentimientos, sobre cicatrices del alma y dolores que no cesan sino ante la paz de la muerte.

Es sin duda una novela intensa que despierta angustia, pesares, tristeza, desesperación, y también ternura; unas fuertes emociones que resultan más efectivas que subirse a una montaña rusa.

Y para terminar alabar la narrativa, tan directa y dramáticamente poética, con las exquisitas descripciones del paisaje riguroso y áspero de las cumbres, siempre siendo víctima de tinieblas y brumas, de tormentas y ráfagas que hielan los huesos y enfrían los corazones; con la manera de definir la  psicología de los personajes con frases y diálogos que rozan el lirismo. Una novela repleta de pasajes inolvidables por su gran carga emocional. Aún me revolotean en la mente frases e incluso párrafos enteros, tan tristes como bellos.

Un 10.

LIZZIE VILLKATT

lunes, 11 de junio de 2012

Has destruido mi palacio...

—No me vengaré de ti —dijo Heathcliff con menos violencia—. El tirano oprime a sus esclavos, y éstos, en lugar de volverse contra él, se vengan de los que están debajo. Atorméntame cuanto quieras, si ello te divierte, pero déjame a mí divertirme del mismo modo, y guárdate muy bien de burlarte de mí. Ya has destruido mi palacio, no te empeñes en edificar en sus ruinas una choza y hacerme habitar en ella por caridad. Si yo creyese que tenías interés en que me casase con Isabel , me daría un tajo en la garganta antes que hacerlo. 


"Cumbres Borrascosas", Emily Brontë

viernes, 8 de junio de 2012

EDGAR ALLAN POE

¡Muy buenas! Hace demasiado que no actualizo esto, así que hoy le daré un poco de vidilla haciéndole un homenaje a un gran autor, muy reconocido en todo el mundo (como debe ser en relación con su talento). Así que aquí os dejo citas y fragmentos de algunos de sus escritos que yo personalmente he escogido y que a mí me resultan muy inspiradores :).



■ LOS ASESINATOS DE LA CALLE MORGUE

La diferencia en cuanto a la cantidad de información obtenida reside no tanto en la validez de la conclusión, sino en la calidad de la observación. Lo que se debe saber es qué observar. 

Por ejemplo, Vidocq era un hombre muy perseverante y lograba excelentes conjeturas. Pero al no tener un pensamiento educado, continuamente se equivocaba por la intensidad misma de sus investigaciones. Alteraba su visión por mirar el objeto desde demasiado cerca. Tal vez, podría ver uno o dos puntos con una claridad inusual, pero, al hacerlo, necesariamente perdía la visión del asunto en su totalidad. En el fondo, se trataba de un exceso de profundidad y la verdad no siempre está dentro de un pozo. 

Han caído en el grueso, pero común, error de confundir lo inusual con lo incomprensible.


■ EL MISTERIO DE MARIE ROGÊT

Nos ocupamos del presente, dejando de lado toda preocupación por el futuro, reduciendo a sueños el triste mundo que nos rodeaba.

He observado con anterioridad que, para llegar a la verdad, la razón se abre paso por caminos que están por encima del nivel ordinario y que la cuestión en casos como éstos no es tanto ¿qué ha ocurrido?, sino ¿qué ha ocurrido que no haya ocurrido antes?

Una gran parte de la verdad surge de lo aparentemente irrelevante.


■ EL ESCARABAJO DE ORO

Temí que el continuo peso de la desgracia, finalmente, había acabado con la razón de mi amigo.

Una mente con tendencia a la demencia es claramente susceptible de dejarse arrastrar por estas sugestiones, en especial si éstas coinciden con ideas preconcebidas.

Este es el efecto normal de estas coincidencias. La mente lucha por establecer una relación, una secuencia de causa y efecto, y al no poder hacerlo sufre una especie de parálisis temporal. 

Usted podrá ver que las historias que se cuentan versan sobre buscadores de dinero y no sobre los que lo encuentran. 


■ MANUSCRITO HALLADO EN UNA BOTELLA

En general, nadie puede ser menos propenso que yo a desviarse de los severos límites de la verdad por los fuegos fatuos de la superstición. He creído necesario exponerlo por miedo a que el increíble cuento que voy a relatar pueda ser considerado como el desvarío de una imaginación exaltada, más que como una experiencia positiva de una mente para quien los sueños de la fantasía han sido letra muerta y una nulidad. 

Nos mareábamos por la velocidad del descenso de algún infierno de agua, donde el aire parecía estancado y ningún sonido interrumpía el adormecimiento del monstruo marino.

Un sentimiento que no puedo describir se apoderó de mi alma, una sensación que no admite análisis, para la que el aprendizaje de otros tiempos resulta inadecuado y para la que, creo, ni el futuro podrá ofrecerme la clave. [...] Un nuevo sentido, una nueva entidad, se suma a mi alma.

Los rayos de mi destino se concentran en un solo foco.

Seguramente, estamos predestinados a andar siempre al borde de la eternidad, sin llegar a precipitarnos por fin en el abismo.

La tripulación se desplaza como los fantasmas de siglos sepultados.

Resulta evidente que corremos hacia un conocimiento apasionante, un secreto que nunca compartiremos y cuya obtención nos lleva a la destrucción. 

Hay en su rostro una expresión que se parece más a la ansiedad de la esperanza que a la apatía de la desesperación. 


P.D.: Espero que hayáis disfrutado de estás perlas literarias. Yo por mi parte, estoy enamorada de este hombre^^.