Era en eso en lo que se diferenciaban, porque Sofía escribía poesía silenciosa llena de oscuridad y preguntas. <<Además no es buena -pensó ella-. Yo no tengo talento, es ella. Yo debería ser la enferma; ella tiene mucho más que ofrecer, mucha más vida>>. <<Tú eres oscura>>, le decía a veces su madre sorprendida. <<Tú eres un misterio>>.
El beso de plata de Anette Curtis Klause
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