Puntuación: ☆ ☆ ☆ ☆
No sabía qué
esperar de este libro. En un principio lo cogí porque me apetecía una
literatura amena y divertida. Y la he tenido, definitivamente.
El libro se
cuenta en primera persona, cosa que me encantó. Y enseguida conecté con la protagonista,
Andrea Sachs (Andy), una joven que recién acaba de terminar sus estudios de
filología inglesa y se muda a Nueva York con el sueño de poder trabajar para la
revista New Yorker.
Sin embargo, la
única entrevista a la que es llamada es para trabajar en la revista Runway, la biblia de la moda en todo el
mundo. Y su trabajo, específicamente, consiste en complacer todos y cada uno de
los caprichos, por imposibles o extravagantes que puedan parecer, de su
prestigiosa y mundialmente alabada editora, Miranda Priestly, una indiscutible
leyenda de la moda.
A partir del momento
en el que Andy es escogida como la segunda ayudante personal de Miranda (puesto
por el que <<muchas chicas darían un ojo de la cara>>) seguiremos
de cerca la vida profesional de Andy, que siempre estará desbordada de trabajo,
incluso en fines de semana. Y su oficio consistirá desde desenvolver regalos
enviados a Miranda de parte de cientos de firmas prestigiosas como Versace,
Prada, Dior, Fendi, Chanel, Calvin Klein, Celine, Mark Badgley, James Mischka,
Tom Ford, Nicole Miller, Narciso Rodríguez, Armani, Jimmy Choo, Gucci o Dolce
& Gabbana (se aprende mucho de moda con el libro XD) a conseguirle el
manuscrito aún sin publicar de Harry
Potter a las hijas de Miranda o incluso a conseguirle una reseña crítica
sobre un restaurante de fusión oriental publicado en un periódico de Washington
(sin especificar en qué estado está el restaurante ni dando el nombre del
mismo). En fin, una pesadilla de mujer de veras.
Vamos, que nadie
dude de que el título le va al pelo a esta jefa hija de puta. Porque sí, porque
así hay que definirla.
Andrea pasará un
año infernal al servicio de esta mujer, haciendo malabares con cafés, pegada a
un teléfono que suena a horas intempestivas (el diablo definitivamente no
duerme) y alejándose poco a poco de todo sus seres queridos en aras de complacer
a esta mujer las 24h del día. Lo único que la consuela es el saber del poder de
Miranda, y el conocimiento de que ésta recompensa bien a sus servidores
competentes, posicionándolos allá donde siempre han soñado con solo una llamada
telefónica.
Pero, ¿merece la
pena sacrificar un noviazgo de 4 años, una amistad de toda una vida y la
relación con sus padres y su hermana por ello?
Poco a poco
Andrea se verá más envuelta en este frívolo y egoísta mundo de la moda, y cada
día encajará mejor entre las filas de sus integrantes. Poco a poco caerá en las
garras de Miranda Priestly, quien pronunciará una frase <<Me recuerdas a
mí cuando tenía tu edad>> que le hará replantearse sus prioridades en la
vida.
¿Tienen los
sueños un precio límite? ¿Merece la pena el cumplimento de un sueño cuando
tienes que vender tu moralidad y tu personalidad? ¿Estará Andrea a las puertas
de ser una mujer como Miranda: egoísta, altiva y sádica que disfruta provocando
ataques de pánico a su alrededor y humillando a la gente que considera inferior
(el 90% del mundo, de paso sea dicho)?
Lo que más me
gustó de la novela es la protagonista y Miranda Priestly.
Andrea nos narra
su historia en un tono sarcástico, inteligente, mordaz y reflexivo que hacen
que, aunque la historia sea un poco monótona en sí, no se vuelva en ningún
momento aburrida. Además, me he sentido identificada con la protagonista. Su
inicial resolución a no dejarse cambiar por Runway,
cuando calzaba zapatos baratos y baratijas de prendas, sus pequeñas
revelaciones contra ese mundo superficial y clasicista del que se burla al
principio. Yo también voto por serme fiel a mí misma. Aunque seguramente las
circunstancias terminan influyéndote después de un largo tiempo, como le ocurre
a Andrea, sobre todo teniendo en cuenta que van arrancándola de su nido junto a
sus familiares y amigos y de pronto el eje de su vida es su trabajo. Es normal
que cuando te esfuerzas lo sobrehumano por algo te termine infectando. Y eso es
exactamente lo que le ocurre a Andrea. De pronto escoger el modelito perfecto
para una evento social, maquillarse adecuadamente o aprender a combinar los
complementos y elegir zapatos se le torna de vital importancia, desterrando por
entero su antigua imagen en chándal y deportivas y un moño mal hecho.
En resumen,
Andrea es humana, y eso ya es suficiente para que me encante. Comete errores y
en algún momento que ni ella logra identificar se rinde ante su asediador: la
moda. Pero además me gustó su manera de ser.
En cuanto a
Miranda, sin duda le da el toque importante a la novela con sus encargos
irrealizables, sus llamadas a voz en grito, su postura de
soytriunfadorayelrestodelmundoesperdedor, su paciencia tan limitada, su sadismo
al humillar a la gente a su servicio, y su alergia a las excusas, pues en su
opinión es culpa absoluta de la negligencia del responsable de aplacar sus caprichos y no de las circunstancias
lo que evita que obtenga lo que quiere.
Los secundarios
además están bien planteados. Nos son pegotes que solo actúan para poder
desarrollar la trama. Están presentes todo el tiempo, y eso nos hace la notar
la importancia que tienen en la vida de Andrea sin que la autora nos lo tenga
que explicar mediante palabras exactas. Por tanto, cuando interfieren tan
bruscamente en la trama hacia el final, podemos notar la importancia de lo que
decida hacer Andrea al respecto.
Pero bueno, no
desembucharé nada.
Solamente repetir
que me he reído y entretenido hasta el punto de ser ajena al paso del tiempo y
de que me encantó viajar hacia el corazón del glamour con Andrea Sachs,
personaje que me ha gustado mucho. Ha sido como escuchar la historia de boca de
una buena amiga con un estupendo sentido del humor y el toque dramático
necesario para conmovernos.
LIZZIE VILLKATT
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