Puntuación: ☆☆☆☆
Tal
como sugiere el nombre, la escritora es italiana, y no sé que tienen estos
italianos para escribir de manera tan bella… Sin duda el punto más positivo del
libro es la narrativa, de una sensibilidad, una profundidad y una belleza que
cautivan. Hay párrafos que parecen poemas… De lo bonitos, reflexivos y
emocionales que son…
La
novela se centra en la búsqueda de sí mismos que experimentan dos adolescentes:
Alice y Carlo.
Alice
es una joven guapa y madura, que es inteligente, saca buenas notas en el
instituto y está enamorada de la poesía. Sin embargo, se refugia mucho en su
mundo y le da miedo enfrentarse a la aventura intrépida que supone dar rienda
suelta a sus sentimientos; exprimirlos, vivirlos. La verdad es que es un
personaje muy bueno, ya que encarna perfectamente las inseguridades que
experimentan las adolescentes con respecto a
la vida, al amor, a la familia, a los amigos… A mí por lo menos me ha
hecho acordarme de mí misma en una época más joven, donde todo suponía una
novedad, una bomba de excitación, una aventura inexplorada… Entonces una no
comprendía que la magia no radicaba en lo que sucedía a tu alrededor, sino que
la magia reside en nosotros mismos, en la manera en que vivimos lo que nos da
la vida. Las cosas que percibíamos como nuevas, en realidad no lo eran, siempre
habían estado allí pero nunca las habíamos probado antes, y se presentaban como
un regalo bonito, perfecto y recién comprado. Pero, al igual que muchos y
muchas, el primer amor responde más a impulsos que a la lógica, es el más puro
e ingenuo de todos… Y eso es lo que experimenta Alice y lo que retrata
perfectamente la maravillosa prosa de Carcasi. Con el tiempo, todos sabemos
ponerle coto al corazón y aprendemos a combinar la sensatez mental con los
impulsos del corazón… pero la primera vez enamorarse es como respirar: el amor
es aire que aspiras, aire por el que vives, y no te detienes a analizar si es
puro como el de la esencia de los bosques o por el contrario está contaminado.
Te aferras a él, porque quieres desesperadamente vivir a través de él y confías
en que la pureza de tu ilusión y amor sea recíproca…
En
cuanto a Carlo, es un chico inadaptado que admira secretamente a Alice. Sin
embargo, no se cree suficiente bueno para ella, y desea parecerse más a los
demás, aunque para eso tenga que prescindir de aspectos de su persona que le
hacen único y diferente. Una vez más, nos encontramos ante las emociones
adolescentes. Los adolescentes, aquellos que no han visto suficiente mundo como
para hacer una jerarquía coherente de lo que es importante en sus vidas.
Aquellos que luchan contra la individualidad y que miden lo bueno a ras de lo
que aprecia una mayoría. Aquellos que viven una etapa donde la personalidad no
se ha consolidado y prueban mil cosas, y se embarcan en mil experiencias en
busca de su propio ser. Ah, la adolescencia, aquella etapa de donde rescatamos
muchos de los recuerdos más intensos.
Esta
novela nos da la oportunidad de indagar en los sueños y las esperanzas de Alice
y Carlo, y con el que seguro que más de uno se sentirá identificado. Giulia
Carcasi define a la perfección el universo adolescente; describe perfectamente
los novedosos sentimientos, las espontáneas emociones, la intensidad con la que
nos afecta el mundo.
También
se le da gran importancia al ámbito familiar, sobre todo a la situación
familiar de Alice (el libro está dividido en dos, que relata la versión de cada
uno en primera persona). La familia de Alice está quebrada, está desvinculada.
Su padre aprovecha la mínima oportunidad para desaparecer del hogar, su madre
acarrea el peso de una profunda tristeza y le hace estar ausente y perderse los
momentos más importantes de la vida de Alice hasta el momento… La
incomunicación teje una barrera inquebrantable, y separa a madre e hija en
bandos enfrentados… Y en aquel ambiente hostil, Alice encuentra consuelo en su
hermana pequeña, apenas un bebé, a quien desgrana los secretos de su corazón y
con un amor infinito comparte su dolor y su alegría, y le desea un cuento tan
bonito e intenso como el que ella está viviendo. La verdad, me encantaron
aquellos pensamientos, tan puros y honestos, que relata a su hermanita.
La
verdad es que es una novela preciosa. Es como un extenso poema que aplaude las
facetas más intensas y sinceras del corazón. Merece la pena leerla.
Pero,
como pega, diría que la autora da por hecho que hemos estado en Italia… Quiero
decir, no describe mucho las localizaciones, simplemente menciona lugares y
espera que todos sepamos qué lugar es ese… Se nota que su interés está centrado
en las emociones, y la historia se sostiene bien mediante ello, pero no creo
que hubiera afectado concretar un poco más el escenario… Además tratándose de
un lugar tan bonito como Italia…
También
añadiría que yo de ella hubiera suprimido la parte de Carlo… Creo que el libro
ya era perfecto con solo la versión de Alice… La versión de Carlo poco aporta
de nuevo a la relación amorosa entre Alice y Carlo… A lo que más páginas se le
dedica es a la indagación en el terreno sexual que Carlo lleva a cabo junto a
Ludovica (la “ligera de cascos” de la clase). Aunque bueno, tal y como expone
las cosas, creo que el eje de la historia no es el amor entre Alice y Carlo,
sino ofrecernos un cóctel de emociones y experiencias desde el punto de vista
adolescente. En ese caso, supongo que es una buena manera de profundizar en
ello dejándonos la ventana que da a la mente de Carlo abierta… Aún así, la
verdad es que mi interés decayó un poco con esa parte… Si definiese la novela
en un gráfico, diría que cuando acaba la parte de Alice la historia llega a un
punto muy elevado y que después va descendiendo… Y la novela debería acabar en
pleno apogeo, o eso creo yo ;).
De
todos modos, sigo encontrándola una lectura muy recomendable. Si por mí fuera,
habría marcado cada frase del libro…
Lizzie
Villkatt
UNAS CITAS…
#1
Precisamente los ídolos están para inspirar a
los demás.
#2
No permitas que nadie te pisotee el corazón.
Sigue adelante, sigue tu camino. Yo seguiré el mío. Nos encontraremos en algún
cruce.
#3
—Mira, Alice, hay amores, los equivocados,
que son como el tabaco: es mejor dejarlo.
—¿Y cómo los reconoces?
—Lo sabes cuando respiras aire puro y lo
sientes dentro de ti, sabe bien, es diferente al humo… ¡Y te das cuenta de que
lo que quieres es aire puro!
#4
Está lejos de mí, como a años luz. Y, sin
embargo, cuántas veces nos hemos mirado a escondidas. Cuántas veces nos hemos
regalado una sonrisa, sin ningún motivo.
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